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Todo comenzó con la brajá del Rabino Ovadia
Once años de expectativas y desilusiones habían transcurrido desde el nacimiento de su primer hijo, Itai. Once años de espera para el Rabino Tzion Cohen, Rabino Principal de Or Yehuda, y su esposa. Una espera para el hijo que traería luz a sus vidas.
Los tratamientos de fertilidad eran difíciles y dolorosos y al final no sirvieron. Acongojados, la pareja se dirigió al Gadol beIsrael, al Rabino Ovadia Yosef, ztz”l, clamando: “Rabino, el sufrimiento es insoportable”. El Rabino lloró junto a ellos y entonces colocó la mano sobre sus cabezas y los bendijo fervientemente desde lo más recóndito de su corazón.
La pareja se llenó nuevamente de esperanza y no pasó mucho tiempo antes de que llegara la tan anhelada buena noticia. Después de uno de los tratamientos, el doctor les dijo que tenían que empezar a prepararse, porque estaban a punto de duplicar el tamaño de su familia: ¡estaban esperando trillizos! Las lágrimas de los últimos once años se habían transformado en lágrimas de felicidad. Y así fue. La feliz pareja les dio la bienvenida a dos niñas muy dulces y un travieso varón.
“Nadie es capaz de entender por lo que hemos pasado y la enormidad de obstáculos a los que nos hemos enfrentado a lo largo del camino”. El Rabino Tzion se prometió a sí mismo que, un día, con la ayuda de Hashem, él mismo pondría todo el conocimiento y la experiencia que había acumulado a disposición de otras parejas con problemas de fertilidad.
Y así fue como el Rabino Tzion fundó el Majón Dorot, junto con su hijo, Itai, quien se desempeña como el actual director del instituto.
Desde su fundación, el Majón Dorot ha proporcionado todo lo necesario-esfuerzo, presupuesto y recursos- para ayudar a parejas con problemas de fertilidad en todo lo que necesitan.
Porque todos tienen el derecho a tener a alguien en sus vidas que los llame “Mamá” y “Papá”.
La red de supervisión en los laboratorios
En décadas recientes, se ha producido un enorme avance en el campo de tratamiento y asistencia a parejas que experimentan dificultades para tener hijos. En esta área, las parejas pueden recibir ayuda por medio de la Inseminación Intrauterina (IIU), durante la cual el esperma del marido es inyectado en el cuerpo de la mujer- y por medio de la Fertilización In Vitro (FIV), durante la cual se recogen los óvulos del cuerpo de la mujer y se los fertiliza con el esperma del marido en el laboratorio. Estas tecnologías se han vuelto tan comunes y tan disponibles que en el año 2018, solamente en Israel, nacieron 9399 bebés por Fertilización In Vitro. ¡Esta cifra constituye aproximadamente el 5% de todos los bebés nacidos en aquel año!
Existen numerosas consideraciones halájicas con respecto a estos temas, como, por ejemplo, la filiación del recién nacido, si se ha cumplido la mitzvá de la procreación, el tema de “hotzaat zera levatalá” (desperdiciar la simiente), etc. Una de las preguntas más básicas con respecto a estos tratamientos consiste en saber si existe la posibilidad de tener absoluta certeza de que no se ha cometido ningún error de sustitución de esperma ni de óvulos de otros pacientes en el laboratorio de fertilidad, Dios no lo permita. Porque hay que tener en cuenta que, además de la pareja, también son socios en los tratamientos de fertilidad los médicos y el plantel técnico del laboratorio, lo cual hace que el proceso sea mucho más complejo, dejando lugar a posibles errores.
Por lo tanto, a fin de evitar estos y otros tantos problemas, en el Majón Dorot, operamos un servicio nacional que incluye estricta supervisión a cargo de supervisores especialistas, quienes controlan meticulosamente todo el proceso de comienzo a fin, asegurándose de que sea llevado a cabo en conformidad con la halajá.
¿Ustedes están en medio de este proceso y quieren sentirse tranquilos?
El Majón Dorot en imágenes
